domingo, 18 de septiembre de 2011

UNIDAD 1 - LA COMUNICACIÓN

2º BACHILLERATO
1ª EVALUACIÓN
UNIDAD 1
ESQUEMA DE LA UNIDAD 1

1.1. LA COMUNICACIÓN

  • Elementos que intervienen en el proceso de comunicación.
  • Los actos de habla.
  • Las funciones del lenguaje.
  • La situación comunicativa: los registros y sus clases.

1.2. LAS PALABRAS

  • Estructura de las palabras: lexema y tipos de morfemas (derivativos y flexivos).
  • Procesos de formación de palabras: derivación, composición y parasíntesis.
  • Creación e incorporación de las palabras: préstamos: préstamo, neologismo y  abreviación.

1.1.  LA COMUNICACIÓN

ELEMENTOS QUE INTERVIENEN EN EL PROCESO DE COMUNICACIÓN
(p. 7 - 11)
La comunicación permite transmitir información y establecer, mantener o modificar relaciones sociales.
El lenguaje es la facultad humana que nos permite comunicarnos por medio de las diferentes lenguas.

La comunicación es un proceso complejo en el que pueden intervenir diversos elementos: los participantes (emisor y receptor), el mensaje, el medio o canal, el código y la situación comunicativa.

  • El emisor produce y emite intencionalmente un mensaje; el receptor lo recibe e interpreta, reconociendo en él un propósito.
  • La comunicación está condicionada por la situación o contexto en que se encuentran emisor y receptor. Los conocimientos que permiten a los participantes comunicarse mediante una lengua determinada constituyen su competencia comunicativa, que implica el conocimiento del código (lengua oral o escrita) , de la situación en la que se produce el mensaje y del mundo que les rodea (saberes extralingüísticos referidos a los temas de comunicación).
  • El mensaje está formado por signos que integran un código. Estos signos contienen un significante y un significado. El significado es la idea o concepto que encierra ese signo. El significante es la expresión de ese significado que se percibe a través de nuestros sentidos, es decir,  la sucesión de sonidos o de letras que componen el signo o palabra. Además del significado y el significante, el signo siempre se refiere a un objeto real, llamado referente. Significado, significante y referente constituyen el triángulo semiótico.
  • El canal es el medio físico por el que circula el mensaje. Puede ser natural (aire, agua, etc.) o artificial (papel, pantalla ordenador, etc.)



LOS ACTOS DE HABLA

El lenguaje nos permite realizar acciones tan diversas como saludar, despedirnos, dar o pedir información, quejarnos, etc. Cada vez que construimos un mensaje y lo emitimos con un propósito claro, realizamos un acto de habla. Por tanto, los actos de habla son las unidades mínimas de comunicación lingüística.

Estos actos de habla pueden ser de dos tipos:
  • Los actos de habla directos, en los que “lo que se dice” es lo que en realidad se quiere decir.
  • Los actos de habla indirectos, en los que “lo que se dice” no coincide con lo que se quiere decir (depende de las condiciones precisas en que se produce la comunicación).

LAS FUNCIONES DEL LENGUAJE

Hablamos de funciones del lenguaje cuando nos referimos al propósito, objetivo o intención comunicativa que se ha propuesto el emisor al producir el mensaje. R. Jakobson relacionó cada una de estas funciones con un elemento del proceso de comunicación. Son las siguientes:
  • Función emotiva. Se centra en el emisor porque manifiesta su estado de ánimo. Este hecho se manifiesta en el uso de oraciones exclamativas e interrogativas, de adjetivos valorativos, y de la primera persona.
  • Función conativa. Se centra en el receptor, ya que el emisor busca modificar su comportamiento, intentando que actúe de una determinada manera. Eso implica el uso de imperativos, vocativos y de la segunda persona.
  • Función representativa. Se centra en la situación. Permite transmitir información sobre la realidad extralingüística. Se emplea mucho la entonación enunciativa, el modo indicativo,  la tercera persona y el léxico denotativo.
  • Función fática. Se centra en el canal. Permite iniciar, mantener o finalizar el contacto entre los interlocutores. Sus rasgos lingüísticos son frases cortas, fórmulas de cortesía, entonación exclamativa e interrogativa.
  • Función poética. Se centra en el mensaje. No interesa sólo lo que se dice, sino cómo se dice. Es la función dominante en la literatura y en la publicidad. Se caracteriza por la adjetivación abundante, el léxico connotativo y el empleo de figuras retóricas (metáforas, hipérboles...)
  • Función metalingüística. Se centra en el código, o sea, en el lenguaje. Se da siempre que se emplea el lenguaje para explicar el lenguaje. Sólo el código lingüístico puede referirse a sí mismo. Aparece en libros de texto, diccionarios, gramáticas o en la conversación para precisar el sentido de lo que se está diciendo.

LA SITUACIÓN COMUNICATIVA. LOS REGISTROS Y SUS CLASES.

El conjunto de personas que comparte una lengua forma una comunidad lingüística, dentro de la cual hay distintas variedades:
  • Históricas, debidas al paso del tiempo.
  • Geográficas, originadas en las distintas zonas del territorio por el que se extiende la lengua. Son las que tradicionalmente hemos llamado dialectos. En España se pueden distinguir dos grandes áreas dialectales: la septentrional, más conservadora en su pronunciación y que engloba las tierras castellanas por tradición, y la meridional, que se caracteriza por una mayor evolución en su pronunciación y por unos rasgos fonéticos muy marcados. En esta área se encuentra el andaluz, el canario, el extremeño y el murciano. Fuera de la península habría que destacar también el español de América.
  • Sociales, determinadas por la edad, el sexo, la posición social, el grado de instrucción... Si nos centramos en la edad, hay que afirmar que las hablas juveniles son mucho más receptivas ante la creación de neologismos que el lenguaje de los mayores, mucho más conservador. También en este grupo debemos recordar los lenguajes específicos propios de los distintos grupos sociales y profesionales, a los que denominamos jergas (p. 69-70). La jerga es una forma de hablar bastante peculiar que sirve para dar cohesión al grupo: habla de los abogados, de los comentaristas deportivos, de los políticos, etc. La jerga que se emplea para referirse a variedades propias de grupos sociales marginales, los cuales desarrollan una lengua propia para evitar ser entendidos por personas ajenas al grupo, reciben el nombre de argots. Las palabras de estos argots aparecen  y desaparecen con gran rapidez, de manera que muy pocas llegan a penetrar en la lengua común. Entre ellas podríamos destacar el talegario (jerga carcelaria), el cheli (jerga juvenil de grupos urbanos marginales), el drogata (jerga de traficantes y consumidores de drogas), el caliente (jerga empleada por delincuentes) y el merchero (jerga empleada por grupos dedicados a la venta ambulante).
  • De registro, (p. 85-89) adaptadas a las distintas situaciones comunicativas. El hablante debe saber elegir en cada momento la variedad lingüística más conveniente. Si nos centramos en el nivel de formalidad, podemos distinguir entre:
Registros formales, entre los que nos centraremos en el registro culto, el cual se caracteriza por un empleo cuidado del lenguaje en todos los planos. Lo encontramos especialmente en textos literarios y científicos o técnicos.
Registros informales, que suelen darse en la comunicación interpersonal directa y espontánea. Aquí nos centraremos en el registro coloquial o familiar, que se emplea en el uso oral y espontáneo de la lengua, es muy expresivo y eficaz. Se caracteriza por el empleo de estructuras simples, va acompañado de gestos, altera el orden sintáctico de las oraciones, usa interjecciones y exclamaciones, repeticiones,  abusa de la elipsis y de frases inacabadas debido a la economía de los medios lingüísticos empleados.
Los dos registros anteriores siguen la norma lingüística, y se toman como modelo de la correcta utilización de una lengua. Sin embargo, a veces, entre los grupos sociales cuyos usos se alejan más de la lengua estándar, se producen transgresiones constantes de la norma (p. 55-57). El desconocimiento de la norma origina la aparición de vulgarismos, tanto en la pronunciación ( cambios de orden de sonidos, supresión de sonidos en el interior de palabras, adición de vocales al principio de una palabra, cambios de acentos, etc.) como en la morfología y la sintaxis ( empleo de formas verbales anómalas, orden incorrecto en la colocación de los pronombres, dequeísmo, etc.). Estaríamos hablando en estos casos de un registro vulgar, que deberíamos intentar evitar.
Por otro lado, en toda cultura hay ciertos temas que, por prejuicios o por convenciones sociales, sin llegar a transgredir la norma, tienden a evitarse. Estas voces, que acaban por ser tomadas como voces soeces, vulgares o de mal gusto son las llamadas palabras tabú, (p.59) que se emplean en situaciones informales o coloquiales. Éstas suelen referirse a cuatro ámbitos: el sexo; lo escatológico; la muerte y la enfermedad; la religión. El empleo de las palabras tabú despierta en los hablantes reacciones negativas. Por este motivo intentan evitarlas por medio de eufemismos, o sea, por medio de términos que tienen una consideración social más favorable (invidente por ciego, fallecer por morir).





1.2. LAS PALABRAS

ESTRUCTURA DE LAS PALABRAS: LEXEMA Y TIPOS DE MORFEMAS.

La morfología es la parte de la gramática que estudia la forma de las palabras.
Las palabras pueden descomponerse en unidades mínimas con significado llamadas monemas. A su vez los monemas se dividen en lexemas y morfemas.
El lexema o raíz es la parte de la palabras que aporta su significado básico. A este lexema se le pueden unir otros morfemas, que reciben el nombre de afijos.
Los afijos pueden ser de dos tipos:
·       Flexivos, aportan  información gramatical (género, número en los nombres; tiempo, modo, número y persona en los verbos). También pueden llamarse desinencias.
·       Derivativos, permiten la creación de palabras nuevas. Se pueden clasificar en:
Prefijos, se sitúan delante de la raíz (re-llamada)
Sufijos, se sitúan detrás de la raíz (zapat-ería)
Infijos, se sitúan entre la raíz y el sufijo (pie-cec-ito)

PROCESOS DE FORMACIÓN DE PALABRAS. DERIVACIÓN, COMPOSICIÓN Y PARASÍNTESIS.
(p. 97-98)
La mayoría de palabras del español proceden del latín; se trata del léxico patrimonial, el cual ha sufrido cambios en su evolución hasta llegar al castellano. Sin embargo, otros términos apenas han experimentado cambios con respecto al término originario latino. A éstos últimos se les denomina cultismos.
Filius (lat.) > hijo (patrimonial)
Solidus (lat.) > sólido (cultismo)
Con el paso del tiempo el español ha ido incorporando numerosas palabras procedentes de otras lenguas que hablaban los pueblos que han convivido con nosotros (lenguas germánicas, árabe, lenguas indígenas americanas, italiano, francés, inglés, portugués, gallego, catalán y euskera). Todos estos términos incorporados al español se denominan préstamos. Actualmente, se suele recurrir a las lenguas que tienen más prestigio, como el inglés en la actualidad (aeróbic, copyright, láser) , pero también las tomamos de otras lenguas como el francés (canapé, boutique, argot) o del italiano (capo, graffiti, adagio).
Los calcos son voces que se traducen literalmente con palabras españolas ( honey  moon  > luna de miel, week-end > fin de semana). Cuando se incorporan nuevas acepciones procedentes de palabras extranjeras a las palabras coprrespondientes de la propia lengua, hablamos de calcos semánticos (window-ventana, mouse-ratón).
Por otro lado, la lengua incorpora nuevas palabras para referirse a realidades nuevas y rechaza otras según van desapareciendo las realidades que nombraban. Las palabras que han entrado recientemente en la lengua se llaman neologismos y se pueden formar a través de diferentes procedimientos (derivación, composición, parasíntesis, préstamos, etc.). Para preservar nuestra lengua de la gran cantidad de neologismos que entran en ella, es aconsejable desechar los extranjerismos, cuando ya existan palabras o expresiones españolas equivalentes (parking no debería usarse si existe el término aparcamiento).  Otro caso a tener en cuenta son los xenismos, vocablos que aún no han sido asimilados y mantienen su forma original y una pronunciación parecida a la del idioma de procedencia (zapping, copyright).
Otros procesos  de formación de palabras son la derivación, la composición y la parasíntesis, que podéis consultar en el libro de texto, p. 101.

No hay comentarios:

Publicar un comentario